Por Alejandro Severini
En estos tiempos de cambios en la AFA y en medio de
desprolijidades en las últimas elecciones para decidir quién tomaría las
riendas de la misma, luego de la muerte de Julio Grondona, anclado en el poder
desde 1978 hasta el día de su muerte, culminó con el vergonzoso resultado de 38
a 38 en la votación. Esta realidad trajo aparejado varios cambios. Dos de los
más sustanciales: la creación de la Superliga y la venta de los derechos
televisivos a Turner.
Es en este contexto que surge el interrogante de si
existe la posibilidad de que los clubes argentinos copien, además del formato
de la Liga Española en sintonía con la Superliga, la conversión de Clubes
Sociales a Sociedades Anónimas Deportivas. ¿Aportaría beneficios o acarrearía
mayores problemas a la ya difícil situación actual?
En primer lugar, es necesario tomar como referencia
el resultado que tuvieron en ligas de renombre como la Liga Española,
actualmente conocida como LaLiga Santander por motivos de patrocinio. Con dicho
propósito, existe la ventaja de contar con una exhaustiva investigación
titulada Sociedades Anónimas Deportivas (SAD): Luces y Sombras” realizada por
el historiador oriundo de Valencia, Vicent Masiá.
En su informe deja en claro como las SAD, que llegó
ofrecida como una panacea a los manejos oscuros y a las malas administraciones,
no hizo sino empeorar la situación de los clubes españoles y aumentar la brecha
entre los más poderosos y los clubes de menor jerarquía y recursos.
Cabe resaltar que en base a su investigación, el año
pasado Mario Giammaría, presidente de la liga de Rosario, fue el único
dirigente que votó en contra de la modificación del estatuto en la Asamblea
Extraordinaria, en donde utilizó el texto de Masiá como cita de autoridad para
sostener su postura.
Es por estas razones que es necesario controlar que
no se apliqué esta conversión de los Clubes Sociales y Deportivos a Sociedades
Anónimas Deportivas. En primer lugar
lo lógico es que los clubes que no afronten sus deudas y despilfarren sus
presupuestos endeudándose, sean severamente sancionados con descuentos de
puntos o con la perdida de categoría. No es necesario una SAD, lo que se
necesita es sentido común para controlar a los clubes. Una muy buena medida es
prohibir la incorporación de jugadores a todas aquellas instituciones que
tengan deudas con la AFA o con terceros y no se encuentren indicios de
afrontarla con la debida responsabilidad.
Es de esperar que si el fisco español que controla con celo los movimientos de los
jugadores, quienes son severamente castigados cuando no pagan en tiempo y forma
sus impuestos (por ejemplo en el caso de Lionel Messi) no logra que los clubes
dejen de incrementar progresivamente su deuda; en el ámbito local con la falta
de control y la laxitud de la justicia sería realmente un descontrol.
Además aquí existen problemáticas ajenas a las
europeas como la connivencia y el financiamiento de las barras bravas que se
suman al ya viciado contexto. También facilita la aparición de especuladores
que se dedican al vaciamiento de instituciones que cumplen funciones sociales
como si fueran empresas, como sucedió en el pasado con Ferro Carril Oeste.
Recuperarse de esta situación cuesta mucho esfuerzo y sacrificio de sus socios.
foto: decisiola.com
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